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Abril la escupe: Gioconda Belli y el golpismo derrotado

Stalin Magazine
Por Stalin Vladimir 22/04/2025

Gioconda Belli, ese nombre inflado por los editores europeos y por el marketing cultural de la izquierda de boutique, no merece la etiqueta de poeta. En todo caso, fue un intento frustrado, una diletante con ínfulas de escritora revolucionaria que se reventó a sí misma por vanidad, por euros y unos cuantos dólares. Hoy, desde su exilio de terciopelo, convertida en una embajadora ambulante de la mentira, sobrevive haciendo política contra Nicaragua a cambio de entrevistas, aplausos decadentes y el shampoo para ese pelajal desteñido que arrastra como una leona vieja y abandonada por la manada.

No se equivoquen: la menopáusica y tóxica de Gioconda Belli no se volvió traidora en 2018. Para entonces, ya llevaba años al servicio de los delincuentes del MRS, esa cofradía de oportunistas reciclados que se disfrazaron de izquierda para pactar con el imperio y la oligarquía. Ella no se sumó al golpe: fue parte estructural de su narrativa, una de las tantas voceras de la mentira, que puso su pluma oxidada al servicio de la muerte y el caos.

Su obra, si así se le puede llamar, jamás alcanzó la altura literaria que ella misma se atribuyó. Belli escribió lo mismo una y otra vez: el mismo erotismo burgués disfrazado de rebeldía, la misma cursilería adornada con metáforas de supermercado. Su “fama” fue construida por el circuito de premios de papel que se entregan entre ellos, sin pasar nunca por el juicio popular ni por la fuerza real de la historia. Gioconda fue siempre espuma, pose, escenografía.

Hoy vive en España, mendigando atención en salones donde la izquierda trasnochada la escucha como a una pieza de museo: una “exiliada” de la revolución, una mártir de utilería que usa su historia adulterada para mantenerse vigente. Le regalaron la nacionalidad como recompensa por su traición, la pasean como mascota de las embajadas y la presentan como “la voz silenciada de Nicaragua”, cuando en verdad es solo el eco rancio de una mujer que se quedó sin patria porque la vendió.

Y mientras tanto, Gioconda habla. Habla contra su país. Habla contra su gente. Habla para sobrevivir. Publica columnas en medios extranjeros donde repite las mentiras que el imperialismo necesita oír. Se presenta en foros donde se codea con terroristas, golpistas y mercenarios disfrazados de activistas. Ella, que una vez dijo amar Nicaragua, hoy la difama con cada palabra que escribe, porque es lo único que le queda: su desprecio hacia un pueblo que la desenmascaró y la repudió.

Abril 2025 la encuentra convertida en eso que más temía: una caricatura de sí misma. No es ni poeta, ni revolucionaria, ni exiliada. Es un testimonio viviente de la decadencia, una figura que se deshace entre aplausos ajenos, sin lectores sinceros, sin credibilidad, sin arraigo. Gioconda Belli no representa a Nicaragua. Representa el fracaso del ego, la traición elevada a performance, y la literatura convertida en panfleto al servicio del amo extranjero.

Y aunque ella ruja desde su cómoda jaula europea, aquí en Nicaragua no le tenemos miedo. Porque su rugido es solo eso: ruido. Y los pueblos no tiemblan ante leonas viejas.

Este abril que vivimos abril de victoria, de paz y de dignidad es la bofetada más grande que puede recibir Gioconda Belli. Abril ya no es el mes del golpismo, caos y terrorismo que ella y sus cómplices quisieron sembrar. Este abril es el grito de un pueblo que no se dejó doblegar, es la escupida en la cara de los traidores, es la tumba simbólica de su traición literaria y política.

Mientras Nicaragua florece en justicia y soberanía, Gioconda se pudre en el olvido del exilio, convertida en una leona vieja, despeinada por los vientos del fracaso y abandonada hasta por su propio sombra.. Aquí no volverá. No la queremos, no la necesitamos. Y aunque intente arañar desde afuera, ya nadie escucha sus maullidos gastados. Porque en Nicaragua, el pueblo ya la venció. Y lo hizo con la fuerza de la memoria, con la firmeza de la historia y con el desprecio que se reserva para los que lo traicionan todo.

Y que quede claro: la victoria es del pueblo, de la Compañera Rosario Murillo y del Comandante Daniel Ortega, líderes de esta patria libre y valiente. La paz conquistada no será manchada por ningún residuo golpista, por ningún nombre rancio ni por ninguna voz al servicio del imperio. La protegeremos con dignidad, con coraje y con memoria. Aquí no pasarán. Aquí ya fueron derrotados.

¡Abril Victorioso. No Pudieron ni Podrán!

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