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Guillermo Cantú, el villano que conquistó el corazón del público

Celebridades
Por Redacción Central 07/05/2025

En un mundo donde los buenos siempre ganan, hay un hombre que ha conquistado la pantalla haciéndonos odiarlo… y amarlo a la vez. Guillermo García Cantú, el eterno villano de las telenovelas mexicanas, no necesita capa ni risa diabólica para imponerse: le basta con una mirada fulminante, una voz serena como puñal, y esa elegancia oscura que lo convierte en el antagonista favorito de América Latina.

Nacido el 23 de abril de 1960 en la Ciudad de México, Guillermo no soñó desde niño con ser el malo del cuento, pero la vida –y Televisa– lo convirtieron en el emblema del poder, la traición y la ambición. Desde su debut en 1986, ha encarnado más de 50 personajes, y en casi todos ellos ha sido el hombre que mueve los hilos, que seduce y manipula, que destruye con clase. «La Malquerida», «Triunfo del Amor», «Abismo de Pasión», «La Mujer del Vendaval», «Imperio de mentiras»… su lista de títulos es un catálogo de maldad refinada.

Pero detrás del traje impecable y las cejas fruncidas, ¿quién es realmente Guillermo García Cantú?

Reservado hasta el silencio, este actor ha mantenido su vida personal lejos de los focos. Nunca se ha casado y no tiene hijos, pero no por eso ha estado solo. Ha vivido amores discretos y romances que nunca quisieron titularse en portadas. Hombre de lecturas, amante del cine clásico y profundamente introspectivo, Guillermo ha rechazado la fama escandalosa que arrastra a otros, y se ha refugiado en el arte actoral como un monje de los foros.

En entrevistas, ha dicho que no le teme a envejecer, ni a seguir haciendo villanos. Al contrario: ha perfeccionado el arte de la maldad. “Es más divertido ser malo, pero hay que saber hacerlo”, dijo alguna vez con media sonrisa. Y esa frase resume su magnetismo: hace del mal un espectáculo exquisito.

No está exento de rumores. A lo largo de su carrera, lo han relacionado con actrices, con decisiones abruptas en producciones, con rivalidades internas. Pero Cantú nunca ha confirmado ni desmentido. Juega con el misterio como con un guion bien escrito: sabe cuándo callar, cuándo mirar, cuándo abandonar la escena dejando a todos queriendo más.

Hoy, a sus 65 años, sigue activo, sigue elegante, sigue peligroso. Y lo más importante: sigue siendo uno de los pocos actores capaces de convertir cada escena en una amenaza dulce, en una tragedia estética, en una obra de arte con rostro severo.

Guillermo García Cantú no necesita redención. Es, fue y será… el villano perfecto.

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