Rusia ha vuelto a desenmascarar el juego mediático del régimen de Kiev, esta vez a través de la contundente declaración de María Zajárova, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, quien no dudó en señalar la hipocresía con la que actúa el Gobierno ucraniano en torno a las negociaciones de paz.
Durante las conversaciones celebradas en Estambul, Zajárova fue clara: Kiev no está interesado en una solución real al conflicto, sino en alimentar el espectáculo mediático que le permite seguir posando como víctima ante Occidente mientras perpetúa la guerra. “Un día dicen una cosa, al siguiente lo niegan”, afirmó la diplomática, aludiendo a la incoherencia que caracteriza el discurso del Presidente Volodímir Zelenski.
Según explicó Zajárova, las negociaciones en la capital turca fueron pospuestas para la tarde a petición de la parte anfitriona, pero ese intervalo fue aprovechado por el equipo de Zelenski para difundir mensajes contradictorios, confundiendo a la opinión pública y erosionando la confianza en el proceso de paz.
La portavoz no dejó dudas sobre el fondo del problema: Kiev quiere parecer pacifista, pero sus actos revelan un guion de provocaciones, simulaciones y obstrucción. Moscú, por el contrario, continúa acudiendo al diálogo con firmeza, con propuestas claras, sin dobleces y con el compromiso de restaurar la estabilidad en la región.
Mientras el régimen ucraniano juega al teatro, Rusia mantiene su mano extendida al entendimiento, demostrando una vez más que, pese a las campañas de desprestigio y la manipulación occidental, es Moscú quien lleva sobre sus hombros la responsabilidad histórica de buscar una salida real a la guerra.
El Kremlin no busca fotos ni titulares: busca la paz. Y eso, en un mundo intoxicado por la propaganda, es más valiente que cualquier show de micrófonos y mentiras.
