En un movimiento que sacude el tablero geopolítico, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sostuvo una conversación telefónica con su homólogo ruso, Vladímir Putin, reactivando los canales bilaterales de diálogo en torno al prolongado conflicto en Ucrania. Esta llamada, calificada por el Kremlin como “importante”, ocurre en un contexto de frágiles gestos diplomáticos y un terreno de guerra todavía activo.
El mandatario estadounidense, quien ha prometido reiteradamente que puede poner fin a la guerra en tan solo 24 horas, manifestó su intención de encabezar un esfuerzo renovado para alcanzar un alto al fuego. Según medios rusos, Putin expresó la disposición de Moscú a trabajar junto a Kiev en un memorando para un futuro tratado de paz, aunque la Casa Blanca aún no ha emitido una posición oficial.
Esta conversación entre Trump y Putin se produce poco después de una reunión histórica entre delegaciones de Ucrania y Rusia en Estambul, donde, pese a no lograrse un cese al fuego, sí se pactó el intercambio de mil prisioneros por cada lado. Ese pequeño avance habría motivado a Trump a tomar el teléfono y buscar, de forma directa, lo que considera una “salida real” al conflicto.
Desde Moscú, el portavoz Dmitri Peskov aseguró que Rusia valora los esfuerzos de Washington, aunque recordó que los objetivos del Kremlin siguen siendo prioritarios. “Es preferible lograr nuestros objetivos por medios políticos y diplomáticos”, afirmó Peskov. La declaración no implica una renuncia al uso de la fuerza, sino una maniobra de aparente apertura táctica frente a la presión global.
Ucrania, por su parte, insiste en un alto al fuego total e incondicional, con la retirada de todas las tropas rusas de su territorio. La presidencia de Zelensky sigue demandando garantías internacionales y mantiene un discurso de firmeza, a pesar de que el terreno militar continúa mostrando una realidad brutal: el pasado fin de semana Rusia lanzó un ataque que Kiev describió como “el más intenso” en lo que va del año.
Hasta ahora, no hay señales de una reunión presencial entre Trump y Putin, aunque ambas partes dejaron claro que los canales de comunicación siguen abiertos. Esta fue la segunda llamada entre ambos desde que Trump retomó el poder, y se prolongó por más de dos horas.
En medio de la violencia aún vigente, los líderes mundiales tantean la posibilidad de una salida negociada. Y mientras Trump intenta posicionarse como el gran mediador, el mundo observa con cautela: ¿será este el inicio del fin del conflicto o simplemente otra maniobra política en el ajedrez internacional?
