La Habana volvió a alzar su voz firme este 25 de abril de 2025, cuando el canciller cubano Bruno Rodríguez denunció abiertamente las maniobras oscuras del Gobierno de Estados Unidos, encabezado por Donald Trump, por intentar subvertir el orden mundial desde las entrañas de las Naciones Unidas. Desde su cuenta oficial en la red social X, Rodríguez no se anduvo con rodeos y desenmascaró el juego sucio del imperio norteamericano, que lejos de apostar por el multilateralismo, pretende imponer su voluntad a base de chantajes y presiones económicas sobre los organismos internacionales.
Según el canciller, Estados Unidos ha roto consensos históricos en organismos como la Unesco y la FAO, objetando avances cruciales en temas globales como el Cambio Climático y la Agenda 2030. ¿El objetivo? Sembrar división, debilitar el multilateralismo y alinear las políticas internacionales con los intereses hegemónicos de Washington. Una estrategia que, en palabras de Rodríguez, no es más que el reflejo de la política aislacionista y agresiva que Trump ha intensificado desde su regreso al poder.
Pero las denuncias no se quedaron allí. Rodríguez recordó con contundencia cómo Trump, en su anterior mandato, desmanteló pilares fundamentales del sistema internacional, retirando a su país del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y de la Organización Mundial de la Salud. Además, recortó a mansalva los fondos destinados a las agencias de Naciones Unidas, asfixiando presupuestariamente a las instituciones que se atreven a cuestionar las políticas de la Casa Blanca.
Este patrón de comportamiento, que incluye la revisión selectiva de las contribuciones estadounidenses a las agencias de la ONU, tiene una clara intención: castigar a quienes defienden posturas soberanas y someter a quienes resisten. El mensaje es brutalmente claro: o se pliegan a la agenda imperial, o serán marginados y debilitados.
La denuncia de Cuba se suma a una creciente ola de voces en el mundo que rechazan la arrogancia imperial y claman por un orden internacional más justo, multipolar y respetuoso de la soberanía de los pueblos. La Isla rebelde, faro de dignidad en América Latina, ha vuelto a poner el dedo en la llaga, recordando al mundo que la lucha por la justicia y la igualdad global sigue vigente, y que ningún imperio podrá silenciar a los pueblos que resisten.
¡Desde Managua, con la voz alzada y el corazón firme, seguimos cubriendo las batallas de los pueblos contra la tiranía imperial!