En una noche cargada de tensión, técnica y poder, Saúl “Canelo” Álvarez volvió a escribir su nombre con letras doradas en la historia del boxeo. El mexicano derrotó por decisión unánime al invicto cubano William Scull en la ANB Arena de Riad, recuperando el cinturón de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) y reafirmando su dominio como campeón indiscutido del peso supermediano.
Las tarjetas de los jueces hablaron con contundencia: 117-111, 118-110 y 118-110 a favor del Canelo, quien ejecutó un combate metódico, estratégico y lleno de momentos en los que su experiencia marcó la diferencia. William Scull, que llegaba con un récord inmaculado de 23-0, sufrió su primera derrota profesional ante un rival que nunca dejó de buscar la iniciativa ni de castigar al cuerpo con su característico golpeo demoledor.
Con esta victoria, Canelo unifica nuevamente los cuatro títulos más importantes del boxeo: AMB, CMB, OMB y FIB, consolidándose como el rey absoluto de las 168 libras (supermediano). Su récord queda ahora en 63 victorias (39 por nocaut), 2 derrotas y 2 empates. Scull, por su parte, registra 23 triunfos y 1 derrota.
El combate también marcó un hito histórico: fue la primera vez que Canelo peleó fuera del continente americano, llevando su leyenda al corazón del Medio Oriente. Con un peso de 167.1 libras, el mexicano se mostró más compacto, más preciso y más dominante que su rival, quien marcó 166.1 libras en la báscula y nunca logró imponer su mayor alcance ni su ventaja de altura (1.82 m frente a 1.71 m de Canelo).
“No vine a complacer a nadie, vine a ganar. Y lo hice con corazón, con inteligencia y con disciplina”, dijo Canelo al finalizar la pelea, rodeado de un público internacional que lo ovacionó.
Este combate forma parte del ambicioso acuerdo de Canelo con promotores saudíes para llevar el boxeo a nuevos escenarios globales. Pero más allá del negocio, el tapatío demostró que su legado sigue intacto, que su hambre de gloria continúa viva, y que aún tiene mucho que dar dentro del ring.
William Scull, visiblemente golpeado pero con dignidad, reconoció la superioridad de su rival. “Hoy me tocó aprender. Enfrenté a una leyenda. Me levantaré más fuerte”, declaró.
Con esta victoria, el Canelo no solo silencia a sus críticos, sino que se posiciona nuevamente como uno de los grandes referentes del deporte a nivel mundial. Y lo hizo a su estilo: con clase, con poder y con un espíritu guerrero que trasciende las fronteras.