El nombre de Valeria Márquez dejó de ser solo una tendencia en TikTok para convertirse en símbolo de una tragedia que sacude a México y al mundo digital. La joven influencer de 23 años fue asesinada a sangre fría mientras realizaba una transmisión en vivo desde su estética “Blossom”, ubicada en Zapopan, Jalisco. Su muerte, ocurrida el 13 de mayo, no solo ha causado conmoción entre sus más de 90 mil seguidores, sino también entre figuras del fútbol nacional que seguían e interactuaban frecuentemente con su contenido.
Valeria no era una desconocida en el mundo virtual. Ganadora del certamen “Miss Rostro 2021”, había conquistado Instagram y TikTok con videos sobre belleza, estilo de vida, rutinas de emprendimiento y humor cotidiano. Su carisma le ganó no solo el apoyo de miles de jóvenes, sino también la atención de jugadores de la Liga MX como Alan Pulido (Chivas), Kevin Mier (Cruz Azul) y Cristian “Chicote” Calderón (América), entre otros que aparecían regularmente dándole “likes” a sus publicaciones.
Sin embargo, su ascenso como figura pública fue truncado de la manera más brutal. Durante una transmisión en vivo, visiblemente nerviosa por la presencia de personas extrañas en su negocio, Valeria pronunció las palabras que hoy retumban en redes: “Ya me voy, porque ya me ondeé”. Segundos después, un hombre ingresó haciéndose pasar por repartidor, confirmó su identidad y le disparó sin piedad frente al celular que seguía transmitiendo.
La Fiscalía del Estado de Jalisco investiga el caso como un presunto feminicidio. Entre las hipótesis, se señala la posible participación de una amiga que, mediante insistentes mensajes, la mantuvo en el local, posiblemente facilitando la localización del agresor. La transmisión, que circula aún en redes, dejó en evidencia la vulnerabilidad que enfrentan muchas mujeres, incluso aquellas con aparente éxito y visibilidad pública.
Valeria Márquez no solo era influencer. Era empresaria, emprendedora y joven. Representaba a una nueva generación que lucha por abrirse camino en un entorno muchas veces hostil. Su historia revela la fragilidad que se esconde detrás de los filtros y las tendencias, y desenmascara una violencia que ni las redes ni la fama pueden detener.
Mientras las autoridades continúan con las investigaciones, la comunidad digital le rinde homenaje con mensajes de indignación y tristeza. Los futbolistas que alguna vez interactuaron con ella permanecen en silencio, pero su conexión con Valeria confirma la huella que esta joven dejó más allá del universo influencer.
México se estremece con otro feminicidio que ocurre a plena luz del día y frente a miles de espectadores. Y la pregunta que queda en el aire es: ¿quién sigue? ¿Cuántas Valerias más tendrán que morir para que el país despierte?
Valeria Márquez no se fue sin dejar rastro. Dejó un grito interrumpido, una cámara testigo, una comunidad conmovida… y una verdad insoportable: en México, ser mujer, joven y visible aún puede costar la vida.


