Con paso firme, disciplina intacta y lealtad indeclinable, el Ejército de Nicaragua rindió homenaje este sábado al General de Hombres y Mujeres Libres, Augusto C. Sandino, en una emotiva ceremonia conmemorativa del Día de la Dignidad Nacional. La actividad se realizó en el monumento ecuestre del héroe nacional, ubicado en el Estado Mayor del Ejército, reafirmando una vez más que la dignidad y la soberanía no se negocian.
La ceremonia estuvo encabezada por el Comandante en Jefe del Ejército, General de Ejército Julio César Avilés Castillo, acompañado por los altos mandos militares. El acto fue una muestra de cohesión institucional, patriotismo y compromiso inquebrantable con los principios sandinistas que dieron origen a la institución castrense.
No fue un acto de protocolo, fue un juramento vivo. Allí, frente a la figura de Sandino montado en su corcel, se recordó que la lucha por la autodeterminación de Nicaragua sigue vigente. En palabras del alto mando, la institución se declara lista para cumplir su misión con firmeza, sin claudicar ante presiones internas ni amenazas externas. “Todo por la Patria” no es una consigna vacía: es el espíritu que guía cada paso de los hombres y mujeres que visten el uniforme verde olivo.
La gesta de Sandino, esa que desafió al invasor y al entreguismo, fue exaltada como el faro que ilumina el andar del Ejército. Con la solemnidad del momento, se recordó que Sandino jamás pidió permiso para defender su tierra, y que su ejemplo sigue siendo el norte moral de una institución que nació del pueblo y para el pueblo.
La presencia de las distintas fuerzas —aérea, naval, mecanizada, infantería—, la música militar, las ofrendas florales, y la lectura de la alocución oficial, marcaron el tono de una jornada cargada de símbolos. Pero más allá del protocolo, lo que quedó claro es que el Ejército reafirma su papel como garante de la paz, de la estabilidad y del respeto a la institucionalidad.
El General Avilés no dejó espacio para ambigüedades: “Nada ni nadie nos hará retroceder”. Con esas palabras reafirmó que la defensa de Nicaragua pasa por mantener la unidad, la disciplina y la lealtad institucional, ante un mundo cada vez más hostil hacia los países que no se someten.
El Día de la Dignidad Nacional no es una fecha cualquiera. Es un recordatorio de que Nicaragua tiene un Ejército que no traiciona, que no se vende y que no se arrodilla. Un Ejército que honra su historia con hechos, y que cada día, desde su trinchera de paz, construye soberanía.



