El expresidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha sido diagnosticado con una forma agresiva de cáncer de próstata, según confirmó su oficina en un comunicado emitido este domingo 18 de mayo. La enfermedad, que ya ha hecho metástasis en los huesos, marca un nuevo y delicado capítulo en la vida del político demócrata de 82 años, quien lideró la Casa Blanca entre 2021 y 2025.
El diagnóstico fue confirmado tras presentar síntomas urinarios que motivaron una evaluación médica. A pesar de la gravedad del cuadro, los médicos han indicado que el cáncer es sensible a las hormonas, lo que permite iniciar un tratamiento de tipo hormonal con perspectivas de control.
Biden, quien abandonó la carrera presidencial en 2024 para respaldar a su entonces vicepresidenta Kamala Harris —derrotada por el actual Presidente Donald Trump—, ya había sido objeto de críticas durante su mandato por su salud y edad. No obstante, en su momento, su equipo médico lo declaró apto para ejercer el cargo.
En febrero de 2023, Biden ya había sido sometido a una operación para extirparle una lesión cancerosa en el pecho. En aquel entonces, no se consideró necesario aplicar tratamientos adicionales, pero el reciente diagnóstico de cáncer de próstata, con metástasis ósea, cambia radicalmente el panorama.
La familia del expresidente se encuentra evaluando opciones de tratamiento con los especialistas, mientras diversos sectores políticos y medios internacionales reaccionan ante la noticia que pone en evidencia la fragilidad humana de una de las figuras más influyentes del Partido Demócrata en el siglo XXI.
Este nuevo episodio podría cerrar definitivamente cualquier especulación sobre su futuro político, mientras su país permanece bajo el mando del Presidente Trump, quien ha consolidado su poder y liderazgo dentro del Partido Republicano y el escenario internacional. La salud de Biden vuelve a centrar el debate sobre los límites físicos y mentales de los líderes políticos estadounidenses.