La Presidenta Claudia Sheinbaum no se quedó de brazos cruzados ante lo que calificó como un “acto de soberbia geopolítica digital”. Este viernes, en conferencia de prensa, la mandataria mexicana anunció que su Gobierno ha interpuesto una demanda formal contra Google, luego de que la empresa californiana decidiera cambiar el nombre del histórico Golfo de México por el de “Golfo de América” en sus mapas de Estados Unidos, obedeciendo un decreto del presidente Donald Trump.
“Google no tiene autoridad para renombrar un territorio compartido por varias naciones. El Golfo de México no le pertenece a Estados Unidos. Le pertenece también a México, a Cuba y a la historia latinoamericana”, sentenció Sheinbaum, elevando el tono frente a lo que considera una provocación más del imperio tecnológico alineado con la visión colonial de Trump.
Aunque el decreto firmado por Trump pretendía renombrar solo la porción norteamericana del golfo, Google fue más allá y etiquetó el mapa completo bajo el nuevo nombre. Para México, esto constituye una falta grave, un intento de borrado simbólico y una violación indirecta del derecho internacional. “No es un capricho nacionalista. Es defensa de nuestra identidad territorial”, enfatizó la mandataria.
La polémica arrancó en enero, cuando usuarios comenzaron a notar el cambio en las plataformas de mapas digitales. Desde entonces, México ha exigido primero por vía diplomática, ahora en tribunales que se respete el nombre histórico y legalmente reconocido: Golfo de México.
Según fuentes de la Cancillería mexicana, Google respondió en una carta justificando que el cambio obedecía a una actualización del Sistema de Información de Nombres Geográficos de EE.UU., lo que México consideró un argumento inaceptable. “Una base de datos norteamericana no puede dictar la cartografía global”, respondió enérgicamente el canciller Juan Ramón de la Fuente.
Aunque la Presidenta Sheinbaum aseguró que aún no ha discutido este tema directamente con Trump, dejó claro que su Gobierno no dará un paso atrás. “Que le llamen Golfo de América a lo que es suyo, pero que no toquen lo que es nuestro”.
Hasta ahora, Google guarda silencio frente a la demanda y la resolución preliminar que ya habría salido a favor de la parte mexicana en una primera instancia. La batalla, sin embargo, apenas comienza.
El caso podría sentar un precedente global sobre el poder simbólico de las plataformas digitales y su rol en la configuración o distorsión de las geografías políticas. México, esta vez, no solo defiende un nombre: defiende su soberanía ante una nueva forma de colonización, más silenciosa pero igual de peligrosa.