Hollywood se detuvo por un instante para rendir homenaje a una de las figuras más icónicas de la televisión contemporánea: Ellen Pompeo, la inolvidable Meredith Grey, recibió su merecida estrella en el Paseo de la Fama, acompañada por su esposo Chris Ivery y dos de sus tres hijos, en una celebración íntima, familiar y profundamente emotiva.
Pompeo, que lleva 17 años de matrimonio con Ivery, compartió el momento con Stella, de 15 años, y Eli, de 9, quienes escucharon de labios de su madre una de las frases más sinceras del evento: “Esto no sucede de la noche a la mañana, y no sucede fácilmente. Es tarea de todos. Te quiero, Stella. Te quiero, Eli”. Un reconocimiento público que trascendió la alfombra roja y las cámaras, y que reflejó el esfuerzo colectivo detrás de cada estrella que brilla en ese icónico boulevard.
La gran ausente fue Sienna, de 10 años, la tercera hija de la pareja, quien no pudo asistir a la ceremonia. Pero Ellen no permitió que el brillo de su estrella eclipsara el cariño por su hija: “¡Que todo el mundo diga Sienna, porque no está aquí!”, exclamó, entre sonrisas y aplausos.
Durante su discurso, Ellen también rindió tributo a quienes la acompañaron en su camino artístico, especialmente a la creadora de Anatomía de Grey, Shonda Rhimes, quien estuvo presente para compartir ese momento crucial. Su presencia no solo reafirmó el lazo profesional que las une, sino también la sororidad que ha marcado uno de los éxitos más longevos de la televisión estadounidense.
La ceremonia no fue solo una condecoración más en la industria del entretenimiento. Fue un retrato público de una mujer que, detrás del personaje que la lanzó al estrellato, se define como madre, esposa y trabajadora incansable. Ellen Pompeo no solo estampó su nombre en el cemento de Hollywood, sino también en el corazón de quienes han seguido su trayectoria con admiración y respeto.
