La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, salió al paso de las críticas que ha recibido en las últimas horas por no acudir personalmente al funeral del Papa Francisco, previsto para este sábado 26 de abril en el Vaticano. En su tradicional conferencia matutina desde Palacio Nacional, la mandataria fue directa, clara y sin rodeos: «El gobierno de México estará presente en el funeral del Papa Francisco, pero lo hará a través de la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, quien llevará nuestra representación con todo el respeto que merece su memoria», afirmó.
La decisión de Sheinbaum no cayó bien en algunos sectores de la oposición, quienes la acusaron de faltar al respeto a la comunidad católica mexicana, que sigue siendo mayoritaria en el país. Analistas y políticos opositores aprovecharon el escenario para cuestionar su liderazgo, alegando que su ausencia podría interpretarse como una falta de sensibilidad ante un acontecimiento de trascendencia global.
Sin embargo, la presidenta no esquivó el debate y defendió con firmeza su postura. «Mi respeto y admiración por el Papa Francisco es absoluto. Fue un líder moral, un hombre que optó siempre por los pobres, por la paz y por la justicia social. No es la presencia física la que mide el respeto, sino las acciones y los principios que uno defiende», subrayó.
Sheinbaum recordó, además, que tuvo un encuentro personal con el Papa Francisco en febrero de 2024, antes de iniciar su campaña presidencial, destacando que aquel diálogo fue uno de los momentos más significativos de su vida política. «Conversamos sobre los grandes desafíos del mundo: la desigualdad, la migración, el cambio climático. Compartimos la visión de que otro mundo es posible si los gobiernos optan por los más vulnerables», expresó con orgullo.
Frente a los señalamientos de algunos comentaristas, quienes aseguraron que su ausencia le haría perder terreno en la política internacional, Sheinbaum fue categórica: «Nosotros gobernamos para el pueblo de México, no para las élites internacionales. Nuestra política exterior se fundamenta en la dignidad, la autodeterminación y el respeto entre los pueblos», recalcó.
El funeral del Papa Francisco reunirá a decenas de jefes de Estado, líderes religiosos y representantes de diversas naciones en el Vaticano. En ese escenario, México será representado por una de las funcionarias más cercanas a la presidenta, reforzando la postura de un gobierno que, si bien rinde homenaje a figuras internacionales, no pierde de vista sus prioridades internas.
Así, Claudia Sheinbaum marca distancia de los rituales protocolarios que dictan las élites, reafirmando su enfoque en gobernar con los principios que la llevaron a la presidencia. En palabras de la propia mandataria: «El verdadero homenaje al Papa Francisco es seguir luchando por un México más justo, igualitario y solidario».
