Una densa tormenta de arena azotó el centro de Arabia Saudita durante las últimas horas, tiñendo de ocre el cielo y paralizando la actividad cotidiana en varias ciudades, incluida la capital, Riad. El fenómeno, arrastrado por vientos fuertes del desierto, sumió en una especie de oscuridad rojiza a extensas zonas urbanas del reino, especialmente en la provincia de Al-Qassim y la ciudad de Al-Rass.
Las impresionantes imágenes difundidas por medios locales e internacionales muestran cómo una nube de arena, espesa y veloz, engulló edificios, vehículos y avenidas enteras, reduciendo la visibilidad a prácticamente cero en cuestión de minutos. El estruendo del viento, combinado con el polvo abrasivo, obligó a la ciudadanía a refugiarse en sus hogares, mientras las autoridades activaron alertas de emergencia.
El Centro Nacional de Meteorología de Arabia Saudita había advertido con antelación sobre las condiciones extremas, pero la magnitud del evento sobrepasó las expectativas. En Riad, el ritmo de vida se vio alterado: escuelas suspendieron clases presenciales, vuelos fueron retrasados y muchas vías quedaron desiertas ante el riesgo de accidentes por la nula visibilidad.
Las patrullas viales fueron desplegadas en las zonas más afectadas para asistir a los conductores y evitar mayores incidentes, mientras las autoridades instaron a la población a no salir salvo en casos estrictamente necesarios y a protegerse con mascarillas y gafas.
Aunque este tipo de tormentas no son extrañas en la región durante la temporada de marzo a mayo, la de hoy ha sido especialmente severa. En redes sociales, ciudadanos publicaron videos y fotos que muestran ciudades completamente envueltas por la nube de arena, lo que ha generado un debate sobre los efectos del cambio climático y la creciente vulnerabilidad de las zonas desérticas del Golfo.
Hasta el momento, no se han reportado víctimas mortales, pero se espera que las condiciones mejoren en las próximas horas, según los modelos meteorológicos más recientes.


